sábado, 17 de abril de 2010

Quiero salirme del camino


Triste saber que de mi solo queda el suspiro de aquel joven seguro y encantador, cuidadoso y delicado, elegante y soñador. Reconozco que hoy mi humor se ha asentado, que mis pasos tienen sentido y que mis circunstancias tienen valor real, sin embargo me mata este Polo Norte y esta fria temperatura en este techo ajeno. Vivir sin convivir y despojado de mi cama, Desterrado al aposento de atrás; es la trilogía perfecta para comprender el infierno.

Hace tres dias se me agotaron las musas para la masturbación y ya no aguanto ser un extraño en el lugar que una vez fue mi hogar. Hoy no queda mas que alinearme con el sol y ponerme en sintonía con el Gran Arquitecto del Universo. Despojarme de esta camiseta morada que oculta muy bien el desague en mis ojos.

Estoy seguro que puedes levantarte en mi ausencia, lejos de tu enemigo, talvéz siguiendo el horizonte que han trazado todas tus tias: la soledad.

Me voy en contra de mi voluntad, pero debo jugarmelas de una vez por todas y salirme del camino para que ambos volvamos a ser los jovenes que fuimos.

Ya no aguanto mi propia condena a mis pecados, esta persecusión sin ningún sentido y esta lucha utopica por dejar a un lado mi naturaleza. Estos celos enfermizos, este orgasmo extinto y la ausencia de tus caricias que tanto necesito.

Nos veremos en los recuerdos, en los sueños humedos, en los rostros de nuestras hijas y talvez en la persona que espera por nosotros en algún lado.

Pedro Rodríguez

No hay comentarios:

Publicar un comentario